ESTE 25 de noviembre se celebra, un año más, el Día Internacional contra la violencia de género. En este 2010 el Partido Socialista ha impulsado en todos los ayuntamientos y parlamentos autonómicos, también en Navarra, una declaración que hace un llamamiento a la rebelión de la ciudadanía contra esta lacra social. Porque cada día es más evidente cómo la complicidad de toda la sociedad es el arma más eficaz para romper con la dinámica criminal y luchar contra esta violencia. Cada vez más debemos ser conscientes de que si ante una agresión nuestra actitud es la de volver la cabeza y callar, no estamos sino contribuyendo a crear espacios de impunidad para quien agrede y generar mayor indefensión para las víctimas, mayoritariamente mujeres, pero también sus hijos e hijas. Si el problema es de todos, es deber de toda la sociedad denunciar estas situaciones.
Este 25 de noviembre es un momento importante para reconocer la valentía de tantas mujeres que han alzado la voz, se han rebelado frente a sus maltratadores y les han llevado ante la justicia. Superar el miedo y las barreras psicológicas, sociales, familiares, religiosas, barreras levantadas a lo largo de siglos en una sociedad con una predominante cultura machista, debe tener nuestro reconocimiento como ciudadanos, y debe tener todo el apoyo que las administraciones públicas puedan otorgar.
Son muchas -demasiadas- las víctimas de la violencia machista, mujeres y niños, en este año 2010. Pero es que tan sólo una víctima ya sería demasiado para una sociedad que se dice de sí misma avanzada e igualitaria. Además, se calcula que 800.000 niños y niñas sufren en su entorno familiar la violencia de género. Estos niños deben ser protegidos y recibir todo el soporte necesario para poder escapar de una espiral de violencia que han sufrido, sufren o sufrirán. Se sabe que los niños que crecen en hogares con violencia padecen consecuencias que pueden extenderse a lo largo de toda su vida: disminución del rendimiento escolar, insomnio, pesadillas, fobias, ansiedad, agresividad... son sólo algunos de los síntomas que presentan quienes han convivido con la violencia de género. Además, muchos estudios apuntan que el aprendizaje de modelos violentos y roles de género erróneos pueden conducir a estos niños a repetir esas conductas en su edad adulta, tanto en el papel de víctima como de agresor, con la consiguiente reproducción de la violencia de género.
La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que cumple más de cinco años, no sólo protege a las mujeres, sino también a estas víctimas infantiles de la violencia de género. Así mismo, el Gobierno de España ha destinado un presupuesto específico para la prevención y protección de las víctimas infantiles de la violencia de género, y ha elaborado un protocolo de actuación para las comunidades autónomas que ahora éstas deben poner en marcha de manera urgente. Pero no es suficiente la protección institucional: la denuncia es la única puerta para poner en marcha todo el sistema de protección, tanto para las mujeres como para todo su entorno. En este año precisamente hemos asistido a un triste escenario: la mayoría de las mujeres asesinadas no habían denunciado a sus maltratadores y, por tanto, no habían podido ser protegidas. El silencio es el mejor cómplice de los maltratadores, porque les proporciona la total impunidad y una amplia libertad para cometer sus brutales actos. Por ello es tan importante la denuncia de los agresores. Y por ello es importante también denunciar la campaña emprendida por algunas personas (apoyadas por grupos y medios de comunicación ultraconservadores) que pretenden instalar en nuestra sociedad la falsa idea de que muchas de las denuncias de maltrato que se presentan son falsas, cuando los datos demuestran todo lo contrario.
Como sociedad estamos ante una necesidad de promover valores como el respeto, la integridad y la dignidad, particularmente entre los más jóvenes. Denunciar situaciones de abuso y maltrato no es sino promover derechos humanos entre quienes están careciendo de algunos de ellos. Cada 25 de noviembre nos sirve para recordarlo, pero no olvidemos que todos los días del año son buenos para promover la convivencia en paz, la libertad, y cómo no, la igualdad.
Por Carol Castillejo Hernández, Secretaria de Asuntos Sociales e Igualdad del PSN-PSOE -ENTRE UN HOMBRE Y UNA MUJER MALTRATO CERO
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